viernes, 30 de enero de 2009

Xinnian kuaile! Gongxi facai!

El pasado lunes celebramos el año nuevo chino en el txoko. Era un San Queremos. Pusimos un par de carteles de felicitación, en esa escritura china mía que haría removerse en su tumba al mismo Mao, justo al lado de la bandera del Athletic, que para un año que vamos bien... Y luego cocinamos unas cuantas delicias pseudo chinas.
Parece que la economía china no es lo que era: en 2008 "solo" ha crecido un 9%, según fuentes gubernamentales chinas. Pero por suerte para nosotros, la influencia china en nuestro entorno cada vez es mayor. Cada vez hay más empresas vascas con sede en China y más importaciones de productos chinos, lo cual hará que el nivel de vida - económica - de su ciudadanía sea cada vez mayor, y más cercano, al de Europa. Tenemos que preocuparnos por cómo vamos a equilibrar mayor consumo global con sostenibilidad planetaria, pero, argi dago, no a costa de frenar su crecimiento. Al parecer los europeos estamos al tanto de todo esto y nos preocupa, así como a los chinos, la falta de confianza generalizada, y de eso trata la noticia: http://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-economia-macro-ue-china-comprometen-trabajar-conjuntamente-hacer-frente-crisis-economica-20090130134814.html?rel

De todos modos, la crisis financiera mundial nos está ayudando. Un día de estos intentaré comprobar (con algún modelo de dinámica de sistemas) si es bueno que la crisis se mantenga. A algunos nos complace ver que los primeros que caen son los especuladores; objetivo: zero waste.

Me encanta la comida china (vale, sí, también la francesa, la japonesa, la.....) y me gusta su idioma, que no conjuga los verbos, ni tiene géneros. Y me gusta que en nuestro txoko la cocina china tenga su sitio, aunque alguno diga eso de que "donde haya una buena chuleta". La próxima será una cena árabe.

Zaijian.

1 comentario:

  1. Pocas cosas hay tan atractivas como China para un occidental. Me encanta cómo lo describe Amelie Nothomb (que pasó su infancia allí como hija del embajador francés en Pekin):

    "Nada permite tanto dárselas de algo como decir: 'Acabo de llegar de China'. Y todavía hoy, cuando intuyo que alguien no me admira lo suficiente, recurro a un 'cuando vivía en Pekín', pronunciado con voz indiferente.
    Es una especificidad real, ya que, después de todo tambien podría decir 'cuando vivía en Laos', que resultaría mucho más excepcional. Pero no tiene tanto glamour. China es lo clásico, lo incondicional, es Chanel nº 5".

    Me apunto al análisis de la crisis aunque bien poco pueda aportar salvo alegría por la caida de los especuladores, como muy bien apuntas.

    ResponderEliminar